Versiloquios: La poesía luminosa de Ricardo Labra

Fuente: https://www.zendalibros.com/versiloquios-la-poesia-luminosa-de-ricardo-labra/

Ricardo Labra nació en Langreo en 1958. Es licenciado en Filología Hispánica y Antropología Social y Cultural por la UNED. Se doctoró en la Universidad de Oviedo con la tesis Ángel González en la poesía española contemporánea.

Como poeta destacan los libros publicados en la editorial Luna de Abajo, como Hernán Cortés, nº 10 (Trea, 2014), Tus piernas (la segunda edición la publicó la citada editorial en 2019) y La crisálida azul (2020). Ha escrito libros de aforismos, y ahora llega Versiloquios, publicado también en Luna de Abajo en 2025.
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Una de las cualidades de su poesía es la brevedad del verso, para encontrar en ese afán sintético la máxima expresividad. En la primera sección, “Oasis y desafíos”, nos encontramos con menciones a Heráclito cuando dice:
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“El río es un camino que anda. / Todo camino es un río / de pasos que fluyen / y de miradas que vagan”.
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La idea del río como simbolismo de la vida tiene como antecedente a Jorge Manrique, que considera que la vida es el río que va a dar a la mar, que es el morir. Consciente de la tradición, Ricardo Labra crea el afán poético como una llama que nos ilumina y que trasciende en el devenir del tiempo.
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"Labra es el haijin que dirige el haiku a su camino de salida, consciente de nuestra fugacidad, del peso liviano que tenemos en las manos"
En la segunda sección, titulada “Usuras y azares”, donde nos hace ver que la poesía es un don efímero, nos llega, pero se evapora, tras la escritura. Somos amanuenses que nos dejamos traducir por un don interior, pero al final es el verso el que queda, leemos el mundo sin que nos pertenezca. Por ello cita entre paréntesis: sobre el maldito don del poeta:
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“El efímero tiempo retenido / de este poema, / permanecerá para siempre / fugándose de tus manos”.
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Labra es el haijin que dirige el haiku a su camino de salida, consciente de nuestra fugacidad, del peso liviano que tenemos en las manos.
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En la sección “Galerías y otros ecos” nos llegan poemas donde vemos de nuevo el poder hipnótico de la palabra, que se imanta a nosotros, a través de versos algo más extensos, pero aún así, pervive la brevedad. Labra necesita, como Juan Ramón, llegar al nombre exacto de las cosas, adelgazar el lenguaje, para que este se condense en lo verdadero:
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“Mi mirada es vertical, / soy el habitante de un pozo. / Mi cielo es un pequeño agujero / que a veces ilumina el sol / en las retenidas aguas / de mis manos / como una pálida luna”.
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"Estos Versiloquios, como lo titula Labra, son destellos, desvestidos de ropajes, que nos iluminan en la noche del tiempo"
Sin duda alguna, ser “el habitante de un pozo”, hallarse en la oscuridad de Segismundo en la gruta, no elude la mirada al cielo, que se filtra en pequeños retazos de luz, porque todos somos seres que habitan en el pozo del tiempo, nostálgicos que retienen una tristeza que no han conseguido olvidar y que se aparece siempre, desde la niñez, para enturbiar la alegría.
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Estos Versiloquios, como lo titula Labra, son destellos, desvestidos de ropajes, que nos iluminan en la noche del tiempo. Ricardo Labra ha penetrado en el verso, para desabrigar las palabras banales y dejar lo esencial. Y me viene a la memoria la tradición de Jesús Munárriz, José Luis Morante, Ricardo Virtanen y otros por el aforismo, del que Labra es claro contemporáneo.
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Cuando acabamos el libro, necesitamos volver a los versos, para que nos digan de nuevo lo que es luz en la oscuridad, desde el pozo en el que nos hallamos, ávidos de ese filtro de la llama vital que nos alumbre para siempre._______________Autor: Ricardo Labra. Título: Versiloquios. Editorial: Luna de Abajo. Venta: Todos tus libros.
Por Pedro García Cueto