La alegría del olvido', de Maria Josep Escrivá: El vínculo con la gente y la lengua

Fuente: https://elpais.com/quadern/literatura/2025-07-09/lalegria-de-loblit-de-maria-josep-escriva-el-vincle-amb-la-gent-i-la-llengua.html

La poeta estrecha la relación entre el yo poético y el lugar real en su último poemario, 'La alegría del olvido', lleno de referentes.


Veamos, entero, uno de los poemas de esta recopilación. El título es el mismo que el de una canción de Roger Mas : 'Bajo una fina capa de ceniza'. Dice: "Todo está aquí. Profecía del silencio. Lejos, tan lejos de quién sabe qué". (Las últimas seis palabras también aparecen en la canción mencionada.) Este texto, tal y como lo presenta Maria Josep Escrivà (Gandia, 1968), ocupa doce líneas, tres de ellas en blanco; hay algunos espacios vacíos entre palabras, ninguna mayúscula pero sí puntos. Al final consta una dedicatoria a dos personas que, según una nota aparte, compartieron con la poetisa "una cena de pasta exquisita", durante la cual "el poema dio pie a una conversación sosegada y muy enriquecedora". No dudaremos en ello, pero podemos pensar que el metatexto elidido, que no nos es dado a conocer, quizá enriquecería la lectura con nuevos aspectos.
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En unas notas explicativas al final del libro —que revelan, dicho sea de paso, un buen talento de dietarista—, la autora sostiene que sus poemas “necesitaban aire para respirar, necesitaban espacio en blanco donde germinar (…) reclamaban tener vida propia sobre el vacío…”; bueno, pero cabe preguntarse si la ortografía arbitraria y la dispersión gráfica añaden algo a la escritura ortodoxa. Puesto que no dibujan un caligrama ni conforman ningún diseño significativo, el lector se ve abocado a intentar encontrar un plus de sentido en los tres sintagmas mencionados, pero para ello no tiene mucho dónde agarrarse. Quizás debemos ver una especie de poesía en negativo, en la que lo que no se dice vendría a ser más importante que lo que se dice, como si las palabras en la llanura fueran sólo las huellas de un ser inquietante y conmovedor que acaba de ocurrir.
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Un complemento nada despreciable, a lo largo del libro, son las citas de otros autores, sea haciendo de título, sea como cita de encabezamiento, sea incorporadas al texto. Al cabo de una docena de publicaciones, tanto en prosa como en poesía, la obra de Escrivá no necesitaba invocar a otros creadores, ni como reconocimiento del estímulo ejercido ni como justificación de posibles coincidencias. Esto nos lleva a considerar si implícitamente no se trata de reivindicar una cierta dimensión colectiva de la poesía, de tal modo que deberíamos ver cómo las lecturas, las maestrías, las conversaciones, aparecen apoyando al autor y reclaman un reconocimiento de su papel motriz en el acto creador.
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En una nota, en prosa, que hace referencia a las inundaciones que afectaron especialmente a algunas zonas de Valencia , dice: “Me pregunto si tiene sentido publicar un libro de poesía en este momento”. Viene a ser una variante actual de la idea de Adorno de que “hacer poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie”. Escrivá acaba afirmando que el “impulso íntimo” que le ha llevado a escribir se asemeja a lo que “debe acabar empujando a mis paisanos en la emprendida titánica de volver a empezar”. Puede parecer a primera vista un apunte oportunista, de subordinación a lo diverso; pero en ella el vínculo entre un sitio real y el yo poético es una exigencia constante. En una entrevista del 2016, afirma: "El compromiso con el territorio y el país [es] un tema recurrente dentro de mi obra. Rechazo la idea de poeta desvinculado de la inmediatez que le rodea". Como parece insinuar el último verso del último poema —“quiero volver al tiempo anterior desde el placer”—, la recomposición de los vínculos rotos, con una gente, con un territorio y con una lengua, es el sentido último de esta múltiple experimentación verbal.
.La alegría del olvido
Maria Josep Escrivà
Ediciones 62
112 pág. 16.50 € | @ 6.99 €
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Por Manuel Castaño