Fuente: http://www.infobae.com/opinion/2016/07/09/el-aniversario-del-9-de-julio-en-la-poesia-de-borges/
Los aniversarios de las fechas patrias estuvieron presentes en la obra de Jorge Luis Borges a través de algunos de sus mejores poemas.
El centenario del 25 de mayo lo vivió a los 11 años de edad y el del 9 de julio, a los 17, en Ginebra. Pero los sesquicentenarios de ambas fechas los vivió en su plenitud como escritor. Es así como en su libro El Hacedor, publicado en 1960, incluye el poema "Oda compuesta en 1960", dedicado al 150º aniversario de la Revolución de Mayo, que comienza:
"El claro azar o las secretas leyes
que rigen este sueño, mi destino".
Pasa a expresar el sentimiento de Patria a través de diversas manifestaciones.
Cuatro años después, en 1964, en su libro El otro, el mismo, publica el poema "Oda escrita en 1966". Esta anticipación en dos años del escritor en honrar al sesquicentenario de la declaración de la independencia contrasta un poco con la falta de clima previo que acompañó al bicentenario, ya que recién sobre el fin de semana ha tomado cierto cuerpo la conciencia de que la patria está cumpliendo dos siglos.
Quizás en una sobreactuación para diferenciarse del kirchnerismo, que inició su recuperación política con los festejos del bicentenario de la Revolución de Mayo, el Gobierno de Cambiemos se fue al otro extremo, al desperdiciar la oportunidad de llevar a los hechos el objetivo de la unidad nacional, que, junto con la lucha contra la pobreza y el narcotráfico, fue fijado como una de las tres prioridades por el Presidente en su discurso de apertura del Congreso el 1º de marzo.
Por el contrario, con anticipación, cuando se conmemoró, medio siglo atrás, el sesquicentenario de la independencia, Jorge Luis Borges, dos años antes no sólo pensaba en el tema, sino que concedió, en mi opinión, el mejor poema de los cuatro que dedicó a la Patria en dicha conmemoración.
"Oda escrita en 1966" no sólo es relevante porque es una muestra más del vasto campo de la genialidad de Borges, sino porque expresa su concepto del valor de patria y el sentido con el que lo asumía.
Comienza el poema con una afirmación enfática:
"Nadie es la patria. Ni siquiera el jinete
que, alto en el alba de una plaza desierta,
rige un corcel de bronce por el tiempo".
Y de ahí en más va explicitando, con su maestría, cómo ninguna expresión particular de la entidad, el tipo o la significación que tuviera podía asumirse como "la patria".
Tras calificarla como "un acto perpetuo" y destacar el valor de los congresales de haber jurado "lo que ignoraban, argentinos", Borges termina su poema con la afirmación que sigue:
"Nadie es la patria, pero todos lo somos.
Arda en mi pecho y en el vuestro incesante,
ese límpido fuego misterioso".
Pienso que este poema es la expresión más acabada de cómo la patria es un valor colectivo que debe unir a los argentinos y, tal como Borges lo planteaba más de medio siglo atrás, necesita alcanzar a todos.
Creo que este poema puede convertirse en una suerte de oración cívica del bicentenario de la independencia, ya que exhorta a asumir que es de todos y no tiene propietario en particular.
Cuando se usa el término 'patria' en forma partidaria o sectaria, es cuando la política deriva en extremos. Es que si yo soy la patria, mi adversario es la antipatria; entonces, el conflicto político comienza a asumir un lenguaje y una actitud que pueden derivar en los excesos o en lo que en los últimos tiempos se ha dado en llamar "la grieta".
Por esta razón, la ex presidente Cristina Kirchner a lo mejor debería revisar el nombre de "Patria" que ha puesto al instituto que es su herramienta política prioritaria, dado que, de esta manera, quienes piensan de otra forma pierden su categoría de adversarios políticos para transformarse en oponentes, no solamente de facción, sino también de los supuestos intereses más altos del país. Es que si yo soy la patria, quienes me enfrentan pasarán a ser sus detractores.
Pero el presidente Mauricio Macri también debería reflexionar sobre no desperdiciar la oportunidad que implica el bicentenario de la independencia para transformar en hechos su objetivo de alcanzar la unidad nacional. No se trata de buscar la unidad a través de la determinación de un pensamiento estratégico colectivo que se ha intentado recientemente, sino de aceptar el debate y la discrepancia, a partir de acordar reglas de juego que son las de la Constitución Nacional y un puñado de objetivos comunes más allá de los gobiernos que se suceden. Jorge Luis Borges, medio siglo atrás, mostró el camino.
Tras los dos poemas que dedicó a la patria con motivo de sus dos sesquicentenarios, Borges escribió otros dos. En su libro de poemas La rosa profunda, publicado en 1975, incluye el poema "1972", dedicado a la patria en su visión personal del culto de sus ancestros. Al año siguiente, en el libro La moneda de hierro, publica el poema "Elegía de la patria", en la misma clave. Pero el escrito al aniversario de la independencia pienso que es el que deja su mensaje más duradero y que tiene hoy plena vigencia.
@FragaRosendo
El autor es director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.