Don Delfino Corzo, su poesía y Pío XII

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Don Delfino Corzo nació en la ciudad de Chiapa de Corzo, el 24 de diciembre de 1878; hijo legítimo del señor don Atanacio Corzo, primo del célebre político y exgobernante chiapaneco general Ángel Albino Corzo; la madre fue la señora doña Teófila Mundo. Su niñez y educación primaria transcurrieron en su tierra natal.

Hecho ya un joven formal se mudó a San Cristóbal de las Casas e ingresó de interno en el Colegio Seminario en 1898. Al principio de este mismo año, empezó sus estudios, distinguiéndose en sus clases como uno de los más aventajados en todos los diferentes grados, distinguiéndose también por su conducta intachable.

Cuando estudiaba el tercer año de latín y el primero de filosofía, tomó un número en las horas académicas que semanalmente tenían lugar en el salón del colegio, ocupó la tribuna con su composición improvisada que desde luego dio muestras de un futuro orador y fue aplaudido por los concurrentes; su tema se basó en Mártires del cristianismo de Chateubriand.

Siguiendo sin interrupción sus estudios, optó por la carrera sacerdotal cursando sus estudios en el Seminario Conciliar de San Cristóbal de las Casas y el 5 de abril de 1905 recibió las órdenes sacerdotales de manos del obispo Francisco Orozco y Jiménez, y cantó su primera misa el 5 de mayo del mismo año. Ya sacerdote fue cura de Huixtán, después coadjutor y cura de Comitán y por último Secretario de la Mitra en tiempos de los señores obispos Orozco y Jiménez y Maximino Ruiz, también fue capellán de San Francisco de la antigua Ciudad Real.

La revolución carrancista persiguió acremente al clero mexicano y el obispo y la mayor parte de los sacerdotes de Chiapas se fueron a Guatemala. El padre Corzo fue uno de tantos que vivieron el exilio, cuatro años en Guatemala y 30 en la República de El Salvador donde vivió desde 1914.

Desde que fue estudiante se había dedicado a la poesía calladamente, pero estando fuera de su patria, el tiempo y la tristeza del exilio le hizo dedicarse de lleno y publicar sus obras poéticas. Sus composiciones fueron bien acogidas por personajes relevantes de la época, llegando incluso a recibir un reconocimiento firmado por el papa Pío XII, misma que comparto junto con esta columna por ser hecho poco conocido e históricamente relevante.

Corzo fue un chiapacorceño talentoso que no ha sido valorado a cabalidad. Su obra se reúne en cuatro tomos de poesía publicados entre 1946 y 1955, y hoy la visita de papa Francisco trae a la memoria el que Corzo fue tal vez el primer chiapacorceño en recibir una comunicación vaticana de esta naturaleza. Hoy me permito recordarlo y reconocer su obra.

Senador por Chiapas.