Acevedo y Huelves, Bernardo
España
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La Parca
La Parca la ayudó,
cortando el hilo de la vida.El
marido, un alma perdida,
que suda un kilo en el infierno,
Y Lucía, ya viuda,
rezaba con fervor creciente:
¡Mi amado San Antonio!
Aunque mi badana me gane
Ya en la primera semana,
Concédeme otro marido.
Acevedo y Huelves, Bernardo