Padorno Navarro , Manuel
España
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LOS NUEVOS SENTIDOS
Todo acaba encajando, sí, enraizado
de tal manera que no puede hablarse
de que no fuera aquél lugar del ojo;
lo mismo del oído, el sitio exacto.
Lo que es fundamental, y sorprendente
no es sólo haber cambiado el sitio, sino
haber intercambiado sus funciones.
El ojo, en adelante, es el que oye.
El oído no hace más que ver, contempla.
Sin embargo, y esto es importante
que se diga a principios, acabado
de hacerse los trasvases; y es: que el ojo,
no se sabe por qué, continúa viendo,
viendo un algo siquiera, casi entero,
como si nunca hubiese terminado
de perder el oficio de mirar.
Y qué curioso es que los oídos,
aparte de mirar (nueva tarea)
tampoco dejen nunca de escuchar.
El ojo, entonces, oye solamente;
su principal función: tan sólo oír.
Padorno Navarro , Manuel