Acosta, Oscar
España
Lecturas: 12.800


ERNESTO MEJIA SÁNCHEZ

En mis conversaciones con Ernesto
-en Madrid, Caracas, San José-
siempre surgía el nombre de Rafael Heliodoro
como una rama que despaciosamente
se introdujera por la ventana
o como un hilo de agua
que inadvertido
entrara debajo de la puerta
y mojara las patas de las mesas,
las alfombras,
los libros dormidos en el suelo.

En los constantes diálogos
aparecía la persona del hondureño,
el de las tierras de pan llevar,
el cronista del nuevo mundo,
el poeta de Tegucigalpa

Ernesto recordaba los innumerables datos
que recogía para Rafael Heliodoro
en los archivos municipales,
en las empobrecidas hemerotecas,
en la memoria de los viejos



- 2 -

y que luego servían para hablar,
por ejemplo, de Darío,
el abuelo de todos nosotros.

Ahora Ernesto reposa,
como el maestro Valle,
en la tierra de México.

Acosta, Oscar

Subir