Alba Swann, Matilde
Argentina
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DESDE LA CARA POBRE MI PATRIA

Lejos se alargan las hectáreas dulces
hasta doblar el horizonte,
y nada.
Una zafra de néctares ajenos,
el cuchillo me inscribe
entre las cañas.
Voy recordando y voy muriendo.
Fue después de la huelga.
Y cuándo alguna vez alguna huelga
nutrió las rancias hambres padecidas,
resucitó la muerte
apresurada.
Y les dije, con el dolor total
con que me puse
a querer,
cuando quise, que estaba a punto
de parir de nuevo,
que mis hijos,
pancitas tamboreadas,
que mi hombre sudor, y cal ardida,
que yo misma, la sombra de una estaca.
Que era el pan nuestro de cada día
el hambre, y el hambre el techo,
y el hambre
nuestra almohada.
Voy recordando, y me voy muriendo
fue después de la huelga.
Y cuándo alguna vez alguna huelga
curó la tos de noches sin orillas,
y enderezó los huesos ya vencidos,
y devolvió la luz, el cielo, el aire,
y la risa y el juego,
el sol de infancia.
Voy recordando y me voy muriendo.
Desde la cara pobre de mi patria,
con el coraje hembruno de ser madre,
corté lonjas de mí misma
y les dije,
dije, dije, y les dije, dije
y dije...
Hostil el viento también,
también el viento,
arrastró mi grito del cabello y puso
en su grupa mi voz
hacia la nada.
Voy recordando y me voy muriendo
desde la cara pobre
de mi patria

Alba Swann, Matilde

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