Salado, Minerva
Cuba
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Alguien muere de frío en una tarde

Alguien muere de frío en una tarde

en una calle gris en el aroma que cubre la nostalgia

en secreto mientras tu voz huye de mi sosiego

y entiendo la penumbra como aquel tulipán

o la vertiente noble que nos cubre.

Alguien muere de frío

ya no sufre

ya no palpitan leves sus pisadas

bajo el laúd de las piedras y el cobre de tu risa se eleva

por encima de la ciudad sus edificios la imagen en que andamos

y el silencio cayendo
donde cantan los pobres anochecen

para que en los portales nos besemos

en el atrio de la iglesia razone a nuestros pies

tropiece la intención a menudo en los cuerpos

mientras nos adentramos en el sagrado templo de la herencia.

Un sapo ata la lluvia la atrae sobre mí y el maíz crece

mientras yo te toco te beso levemente frente a los hombres

águila

que miran y sostienen esta hazaña de abril.

Detrás lo inverosímil lo profundo el pensamiento

mismo de los héroes que vuelve a la ciudad

donde alguien puede morir en tanto amo en tanto soy feliz

como el demonio y alguien paga por mí las veleidades

empobrece por mí

se crucifica.

Salado, Minerva

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