Caballero Bonald, José Manuel
España
Lecturas: 9.802


ANOCHECER EN LLUCH-ALCARI
Esa fracción de vida que he perdido por ignorancia o negligencia, ¿podía haber
supuesto la felicidad? Y ese libro en rigor nunca leído, ¿qué me ha negado?
Derivan las sospechas hacia el turbio confín de la ensenada y busco el rumbo
aquel tan libertario donde cada respuesta irradia un nuevo cerco de preguntas.
Taciturna gestión de las balizas que me avisan ya tarde del peligro: sólo podrá
escapar quien logre ir acogiéndose a una platónica ignorancia. Al borde de
la cala, por la mar de Deyá, brota la flor versátil de la anfetamina. Qué palabra
inhumana la palabra certeza: lo que aún desconozco constituye el único argumento
de esta historia. Amaina la resaca igual que la demencia, mientras inútilmente
me rehúye el falso instigador de la sabiduría tratando de impedir que
lo desenmascare. Mi oficio es esa forma de imponerle al recuerdo una distinta
ambigüedad, ese soberbio modo de hacer más seductora una experiencia que
habrá quien considere deleznable: cuanto aquí dejo escrito legitima eso otro
que nunca escribiré.
Caballero Bonald, José Manuel