R. A.-Valdés, Emma-Margarita
España
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¡Acércanos Señor al Pan que da la Vida!
Cumplida tu misión subiste al cielo,
mas permaneces en la Eucaristía,
en tu Cuerpo y tu Sangre, día a día,
nos ofreces tu amor y tu desvelo.
En nuestro corazón late el anhelo
de vivir en tu humana cercanía;
gloriosa, celestial melancolía
que alienta la esperanza y el consuelo.
Confiamos en Ti, tras tu partida
disfrutamos de tu real presencia
por palabra que diste en despedida.
¡Acércanos al Pan que da la Vida!,
y en el tiempo final de la existencia
concédenos la paz de tu acogida.
R. A.-Valdés, Emma-Margarita