Barbarito, Carlos
Argentina
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(A Cristina Piña)

Cuando era niño cerraba los ojos
a cada tormenta, los muros de la casa
se sacudían, el agua de la lluvia
penetraba por debajo de las puertas.
Mi casa no luchaba, el niño no luchaba.
El agua arrastraba los sueños,
los juguetes; el viento cortaba la soga
y se llevaba al perro, se colaba
por los intersticios y se adueñaba de todo.
No importa el tiempo transcurrido,
los dolores y los trabajos, lo visto
y lo presentido, lo amado y lo odiado,
cada noche de tormenta regreso a aquella casa,
soy de nuevo el niño con los ojos cerrados.

Barbarito, Carlos

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