Y qué grande te siento.
A medida
de tus labios un beso
haría de la noche. Retirado
tendría el corazón
si tú en mí no dejaras tus arpas y tus fuentes.
Te reemplazaría
por luces como calles de ciudad,
y estaría en tinieblas.
Me multiplicas. Me
derribas y construyes
con la facilidad de vuelo del vencejo.