Abella Caprile, Margarita
Argentina
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LOS BARCOS
¡Qué prestigio los barcos que llegan de mil viajes
y apoyan su cansancio contra el muro del puerto,
la alta hilera de mástiles igual a un bosque muerto
que añora la frescura de imposibles follajes!
¡Cómo se saturaron de todos los paisajes
que vieron levantarse detrás del mar desierto,
anchuroso camino gloriosamente abierto
a sus proas sedientas de ignorados oleajes!
Muchas veces, flotando sobre aguas de cobalto,
una ola enroscada, con su soberbio salto,
los bautizó de hondura y los ungió de sal.
Duerme ahora la mole de sus cascos obscuros,
mientras la arboladura sueña con los futuros
resplandores purísimos de una aurora boreal