Cambiaron de color
la enseña del estanco,
me acuerdo, y de los coros
múltiples que vinieron.
.
(El hombretón de bronce
firme sobre sus arpas
y la inmensa batuta
con que me señalaba.)
.
Tenía un perro grande
con ruedas,
un perro que recuerdo
por las fotografías.
.
¡Qué lástima! Me dicen
que estaba muy alegre,
que aplaudía y gritaba
con todos, que ofendía
a las personas serias.
Y no puedo acordarme.
.
¡Qué lástima! Y en cambio
recuerdo el pasacalle de capas de colores,
recuerdo el entusiasmo, la multitud,
el brazo. ¡Ah, qué lástima!
.
Quisiera poder verme
tras los balaustres del balcón
oyendo,
o aquel día al galope
sobre mi perro blanco.