Una tristeza marina nos abarca
algo como el canto del agua incalculable
sumergido por múltiples que soy yo mismo
desde la escena invisible de las velas.
Al final del pasillo oran / llantos
viejas monotonías
lúdicas
el signo de lo horizontal y vertical ha sido marcado
¿es éste un camino?
¿postas?
Un miedo singular flota desde los vértices cuando desgrano. Exento estoy de dar cuentas. La noche / el día / descuidos del eterno crepúsculo que nos cubre y nos amanece como auroras.
Nosotros aparecemos cuando los ritos pronuncian sus letanías
manos y cejas se levantan / murmuran
nada es familiar
la experiencia es cosa de los cuerpos
aquí debo iterativamente pasar
sólo el lenguaje se urde / desata
infinito
sin destinatario.
La llama de las velas dice su luz amarilla
lágrima que nace del sebo / elemento / sacramentalidad de la ausencia.
En las capillas se repiten nombres que desconozco y que hablan de lo nebuloso. Del no soy. Identidad convertida en papel enmantecado / envoltorio de desecho.
Oíd sus nominaciones [rosarios de vacío]:
misterio 1 / misa de sábado
misterio 2 / nueve días
liturgia / libro incomprendido
misterio 3 / digan los muertos.