poesiacastellana.es
Poetas: 1.791 - Poemas: 64.496 - Lecturas: 568.146.597
Agüero, Antonio Esteban
Argentina
Lecturas: 11.551

recomendar
Cantata del Algarrobo V Parte

Ahora canto la Dicha que derramas
¡ Algarrobo natal, Abuelo mío!
sobre la gente que a tu vera vive,
en todo tiempo, con calor o frío,
ora sea en la pausa del otoño,
ora en la fiesta del frutal estío.

La primera la Dicha de tu sombra,
clara limosna de perenne abrigo,
donde es grato sentarse en la mañana
o por la tarde, con el mate amigo
que serena las olas de la frente,
alimenta la flor del optimismo,
nos enseña a vivir con esperanza
y nos vuelve cordiales y tranquilos.

Sombra del árbol, transparente sombra,
casi impalpable como un velo fino
o la leve caricia de la nube,
o la queja que fluye en el suspiro,
algo tan puro, delicado y manso
como el sueño de un pájaro dormido
o la entraña del agua en la vertiente
y cuyo elogio me estará prohibido
mientras yo sea nada más que un hombre
y no posea un corazón de mirlo.

También canto la Dicha de los frutos
sabiamente enrulados y amarillos,
que por enero cuando el día extiende
su bandera solar sobre los nidos
tórnanse dulces, con dulzor silvestre
de roja miel de camuatí escondido.
Vainas de oro, pan de la pobreza,
don de los cielos, misterioso trigo,
alimento de bueyes y caballos
y golosina de los niños ricos.

Nombro el Patay, de granuloso gusto,
que se elabora según modo antiguo:
machacando la fruta en la conana
y traspasando por cedazo fino;
nombro la Aloja, refrescante y rubia,
que se guarda en un cántaro rojizo
a la hora más alta de la siesta
para que acendre su fragante frío;
nombro la Añapa, de beber con leche,
que engorda a la madre y al chiquillo.

También digo la Dicha de la leña
que es en el fuego acontecer divino
y revive la flora deslumbrante
que alegraba el jardín del Paraíso:
el fuego azul, el fuego rojo, el Fuego
que posee las llaves del Estío
y levanta a la muerta Primavera
de entre los hielos de cristal pulido.

Agüero, Antonio Esteban

Subir