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Ulloa, Luis de
España
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A CELIA HALLÁNDOLE DORMIDA - RESPUESTA
Las almas nunca duermen, Celia mía,
y el sueño en los sentidos retirado,
del Templo a tu hermosura consagrado,
no puede suspender la idolatría.
Pierde de su violencia la porfía,
el amoroso fuego en mi cuidado,
y así como en su centro sosegado,
ni me quema la llama, ni ella enfría.
No atiendas del incendio misterioso,
como es tranquilidad y no tibieza.
Arder, y sosegar en llamas pura.
Que el afecto de celos temeroso,
es humana pasión, y tu belleza
en su divinidad está segura.
Ulloa, Luis de