¿Es este el nido, en que la fénix mía,
la áurea y purpúrea pluma a dejar viene,
que el corazón bajo sus alas tiene,
y voz aún y suspiros en mí cría?
Oh primera raíz de mi alegría,
¿dónde está el gesto, del que luz proviene
que alegre y vivo, ardiendo, me mantiene?
Si sola aquí, feliz al cielo hoy día.
Tan solo me has dejado, que ahora suelo
visitar traspasado la espesura
que consagrada a ti honro con celo,
viendo los montes en la noche oscura,
donde tomaste al cielo el postrer vuelo,
y antes formaba el día tu luz pura.