Un día le habla a Dios y no obtiene respuesta.
Un día lo sorprende la respuesta grabada a punta de
navaja en la corteza de un árbol.
Un día es una criatura débil y ciega.
Un día aguanta el peso del mundo en su espalda y ve
fuegos en la noche del espacio.
Un día cifra vida y muerte en teoremas y logaritmos.
Un día sale a la calle con una olla de carbones
encendidos mientras el viento disemina el olor de la
peste o pasa horas sentado en una ciénaga haciendo
gestos, riendo a carcajadas porque otro viento lo ha
dispersado.
Ha nacido, como todos, varios,
Y, como todos, morirá sólo uno
la noche ofrece sapos, perros negros
y cadáveres ahogados...