Un "bosque de poesía" reúne a Paz, Pacheco, Huerta y Gelman en la FIL - México

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Un pequeño bosque con árboles de poesía se esconde entre el mar de obras de la Feria Internacional del Libro (FIL) de la ciudad mexicana de Guadalajara, para mantener presentes a algunos escritores que alguna vez pisaron este espacio.

"El bosque de la poesía" evoca la obra de los mexicanos Octavio Paz y Efraín Huerta, de quienes este año se celebra el centenario de su nacimiento, y también de José Emilio Pacheco y el argentino Juan Gelman, fallecidos a principios de 2014.

Los cuatro poetas han sido objeto de sendos homenajes en esta edición de la FIL, que se desarrolla hasta el 7 de diciembre, con Argentina como país invitado de honor y la participación de 650 escritores de 22 países.

"Es una forma de que las personas conozcan más de los (escritores) homenajeados porque hay muchos que no los conocen", dice José de Jesús Berber, uno de los encargados de atender a los visitantes y explicarles cómo participar en este "bosque".

Sujetos a una pared cercana a una de las entradas del recinto ferial, los árboles son visitados lo mismo por los inquietos colegiales que exploran con curiosidad los pasillos como por los adultos que se acercan por casualidad o quienes trabajan en alguna de las editoriales presentes.

Los versos acá no se esconden en los libros, sino que cuelgan en las hojas de papel de estos árboles blancos hechos de madera, en los que los asistentes pueden aportar sus propias rimas.


Después de mirar un poco y leer fragmentos de poesías como "Dos cuerpos", de Octavio Paz, o "El juego en que andamos", de Juan Gelman, inscritos en hojas de diversos tonos de verde, los participantes las pegan en alguna de las ramas.

Así, las hojas vuelven a reverdecer los árboles, en cuyas raíces están inscritos los nombres de los cuatro poetas.

El más popular es Octavio Paz, quizá "porque a la gente le suena más su nombre", explica Berber. Su árbol, dice, suele llenarse por completo hasta tener hojas pegadas sobre las hojas, "como si fuera un abedul".

El árbol de Pacheco es el segundo más visitado. Al de Gelman llegan más los argentinos, quizás para recordar un poco su inconfundible voz estentórea.

Unos pocos se atreven a escribir sus propios versos. "Yo te seguía con furia y esperanza/vivo dueño de vida con tu muerte" escribió "E.H", con letra apresurada, en una de las hojas destinadas para los improvisados poetas. Su poema acompaña a otros de Pacheco.

Jorge Ponce, de 16 años, escribió sin dudar una frase que, dice, le recuerda una época de depresión: "Aunque el viento esté en tu contra, recuerda a los aviones, ellos van en contra de este, no a favor".

Su hoja quedó junto a un fragmento del poema "Movimiento", de Paz, poeta al que Jorge dice desconocer.

Otras más reproducen fragmentos de poemas de Huerta, Pacheco, Gelman o Paz que, por alguna razón, se quedaron grabados en su memoria.

Para Josefina López, este bosque es una idea original para acercarse a escritores que "no sabía que existían". El pequeño poema que escribió quedó junto a los de Gelman al que, asegura, "quizás algún día lea".

(Agencia EFE)