'Mistral. Una vida', de Elizabeth Horan: el (y la) primer Premio Nobel latinoamericano tras las máscaras

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Elisabeth Horan descubre el lado humano, demasiado, de ese mito llamado Gabriela Mistral. Una biografía polémica y devastadora.

Lo que conocíamos de Gabriela Mistral era el rostro de su leyenda. Esa muchacha pobre que había nacido en Vicuña, un lugar del fin del mundo y que la fuerza de su voluntad le llevó a ser la primera escritora hispanoamericana galardonada con el Premio Nobel.

La Gabriela Mistral cuya biografía estaba escrita con la tinta del abandono, del rechazo y de la desdicha mientras los lectores de todo el mundo se dejaban seducir por sus versos, por el ejemplo de su talla ética.

BIOGRAFÍA 'Mistral.

Una vida' Imagen - 'Mistral. Una vida' Autora Elizabeth Horan Editorial Lumen Año 2024 Páginas 469 Precio 23,90 euros La niña, pues, que solo vivió con su padre hasta los tres años, antes de que definitivamente cerrara la puerta a aquel matrimonio y se marchara.

Aquella chica que no era bella, que no entraba por la vista, cuya timidez era entendida como un rasgo de alejamiento y de soberbia y que fue condenada por sus compañeras como una ladrona y apedreada al salir de clase.

Nos daba lástima su vida sentimental llena de suicidas y amores imposibles, que deseara el amor y el amor sólo cupiera en el abismo de los catorce versos de un soneto.

Enseñó a los pobres la nueva pedagogía que le había salvado a sí misma: la vida práctica de los saberes y los saberes sin sesgo académico, es decir, una vocación revolucionaria para cambiar la historia personal de los que no tenían nada.

Aquella Gabriela Mistral que fue maestra a tiempo completo, a vida completa, por todas las geografías, y que en alguna de aquellas geografías se encontró a un muchacho llamado Pablo Neruda.

Entre el arribismo y la hipocresía, la Mistral de Horan es una máquina para la propia proyección personal Lo que conocemos a partir de esta biografía de Elisabeth Horan es el rostro humano, demasiado humano, de ese mito llamado Gabriela Mistral.

Horan firma, por ello, una biografía polémica y un retrato devastador. Primero de los tres volúmenes proyectados, abarca desde su nacimiento hasta su ruptura con Chile y su viaje a México, en 1922, y se detiene minuciosamente en quitarle esa máscara por la que se construyó una vida de leyenda.

Entre el arribismo y la hipocresía, la Mistral de Horan es una máquina para la propia proyección personal, la mujer que detestaba enseñar en escuelas perdidas y que se valió de amistades para ir escalando hasta un lugar bajo el sol de la capital, Santiago de Chile.

La publicista de sí misma que medía la caligrafía de sus cartas, la complicidad de sus amistades para construirse una fama de revolucionaria, de libertaria y servirse de ello para provecho propio.

Su red de amigos ( su secretaria Laura Roding, el influyente crítico literario Herán Díaz Arrieta 'Alone' los escritores Manuel Magallanes Moure y Eduardo Barrios, y el político Arturo Alessandri Palma, presidente de la república chilena entre 1938 y 1941, aparte del político mexicano José Vasconcelos) hicieron de ella un fenómeno social y emblema político cuya fama traspasó fronteras y cuya ambición siempre quería más.

Primero de tres volúmenes, abarca desde su nacimiento hasta su ruptura con Chile La lectura de la Gabriela Mistral de Elisabeth Horan resulta tan apasionante como desasosegante. S

u intensidad vital y su intensidad amorosa, su lesbianismo, se habían mantenido entre la censura y el comentario privado, entre el pudor y la traición a un icono nacional si se desvelaba, pero después de leer estas páginas se nos demuestra que sin esa indagación es imposible comprenderla, calibrar la inmensidad emocional que expresa su poesía.

El enigma Mistral que se propone resolver Horan, después de cuatro años de trabajo y accediendo a sus epistolarios, a sus escritos más íntimos y a archivos hasta ahora de imposible acceso por haber estado custodiados por su amante y albacea Doris Dana, es un ejercicio de higiene al describir la farsa, el enredo y la bufonada de quien quiso ser la santa laica de las letras hispanoamericanas.

Grandeza trágica Lo que ocurre es que, al final, resulta un trabajo demasiado mecánico como si todo consistiera en pillar a la Mistral en sus renuncios.

Llena de vagabundeos, de dolores físicos y metafísicos, de heridas de amor, lo que verdaderamente dibuja el retrato de la poeta Gabriela Mistral es entender que aquella vida y todas sus máscaras nos ayudan a comprender la grandeza trágica de unos versos que necesitan ser leídos y pensados de otro modo.

Por DIEGO DONCEL