Francesco Nigri: “Amar es el verdadero espesor de la poesía”

Fuente: https://letralia.com/entrevistas/2023/08/04/francesco-nigri/

La historia italiana señala que, entre los años 189 y 183 antes de Cristo, fueron fundadas Bolonia, Parma y Módena. Con la finalidad de unir las colonias romanas, el cónsul Emilio Lépido ordenó la construcción de una carretera que llamaron la vía Emilia. De ahí que se denomine Emilia Romaña a la región.

La provincia de Parma forma parte de la región Emilia Romaña. (Sí: el queso parmesano es de allí). En esa provincia de Parma, una de las ciudades más importantes es Fidenza: su historia es muy rica y su nombre significa confianza. Los bárbaros destruyeron Fidenza en el siglo V, pero se recuperó. Siguió existiendo y con muy buena atmósfera.

Actualmente es habitada por unas treinta mil personas. Al apenas comenzar a recorrer sus calles se disfruta una familiaridad agradable. Conocimos algunos aspectos de Fidenza porque fuimos invitados a la boda de una venezolana-italiana con un italiano que están residenciados en ese lugar. Al bajarnos del tren preguntamos en dónde queda la calle tal y cual y después de respondernos con mucha gentileza, nos dijeron “Ah: ustedes vienen para la boda”. Era el casamiento de Hebe Muñoz con Francesco Nigri. Había emoción en el ambiente, como si el evento congregara a mucha gente.

De repente nos encontramos con un grupo de venezolanos que había llegado de varias regiones de Italia y también de España. Lo conocimos en esas horas porque Francesco era el novio de Hebe Muñoz, con quien se casaría en el futuro. Cinco años atrás En una ocasión de ardiente verano, Francesco Nigri leyó en italiano un poema de Armando Rojas Guardia y uno mío.

Lo conocimos en esas horas porque Francesco era el novio de Hebe Muñoz, con quien se casaría en el futuro. Es decir: en este año 2023. Transcurría el maravilloso Festival Internacional de Poesía de Génova del año 2018. Mayela Barragán había hecho posible que se juntaran varios venezolanos en aquel evento.

Hebe Muñoz llegó con un planteamiento sobre la situación venezolana y con ella apareció este Francesco Nigri, un hombre de una amabilidad y una gentileza que en ningún momento variaban. Inclusive ahora, cinco años después, esa es su característica principal. Desde aquel noviazgo hasta el momento en que se casaron, Hebe Muñoz, poeta venezolana, y Francesco Nigri, poeta italiano, han estado escribiendo poemas para ellos mismos, poemas dedicados a lo que sienten. Ellos se declaran su amor a cada instante del día con una alegría adolescente.

Fortalecen su situación sentimental escribiéndose poemas. Versos. Francesco y Hebe son tan sinceros en ese abordaje de la escritura que sus poemas conforman una historia verdadera. Tanto, que vale la pena conversarla y conocerla. Los poemas que ambos escriben se han estado convirtiendo en voces que recorren las calles de Fidenza y tienen cada vez más oyentes, más afecto de la comunidad. Inclusive, han publicado varios libros y han obtenido premios regionales con ellos. Ambos. Los dos enamorados.

Hebe es como un ave suelta por todas partes, revoloteando con unas alas incansables y bien intencionadas: el vuelo placentero. Entre tanto, Francesco sonríe serenamente ante cualquier jarrón que Hebe haga tambalear, ante cualquier torbellino que Hebe desate: él la ama, evidentemente.

Y ella sólo está pendiente de lo que acontece con Francesco. Por eso entrevisté hace un tiempo a Hebe. Y ahora lo hago con su esposo. Este hombre es un caballero. No sé cuánto ha vivido o cuánto ha sufrido. No sé cómo lo ha tratado la vida, pero es un caballero.

Es un señor de una gentileza pocas veces vista. Ante su personalidad se entiende perfectamente que Hebe lo ame. “Ese hombre es un premio”, comentaba, en la boda de Hebe y Francesco, una amiga venezolana. La boda estaba llena de italianos y venezolanos.

Todos festejando aquello. Hebe, como una bailarina, atravesaba espacios. Francesco se inclinaba en cada lugar para saludar a cada quien de un modo fraterno. Antes de comenzar la entrevista, pongo el fragmento de un poema de Francesco: Porque eres el milagro de siempre He renacido tantas veces que conozco el miedo supremo al agua de manantial que teme el manantial el desvanecimiento del rizo en el aire el fluir del último todavía estaré fresco de la artesia todavía estaré limpio de la superficie libre de las gotas seguiré siendo el sabor de lo puro o todo terminará así con un salto hacia mí Pues mi amor esto es lo último que puedo prometerte la juventud del agua de Carzeto y el entusiasmo perpetuo del adivino que siempre ha creído en ello Y un fragmento de lo que escribe Hebe Muñoz, para completar la idea: “La universalidad de la poesía está en la autenticidad” —¿Puedes hablar un poco de tu vida? ¿de tu lugar de nacimiento y estudios? —Soy el primero de cuatro hermanos. Familia de artesanos dedicados al trabajo. He vivido en un ambiente de sólidos valores y de gran amor entre mis padres. Perdí a mi madre después de una enfermedad de cinco años. Tenía veinte años cuando ella murió. Y poco después de su muerte empecé a trabajar para apoyar mis estudios y mi inicio laboral. Mi padre también murió prematuramente y me fui a recorrer Italia por trabajo. Hice estudios técnicos en lugar de clásicos como me hubiera gustado. Me inscribí en la Facultad de Letras, pero sin bases adecuadas tuve que abandonar y pasar a la Facultad de Derecho. Con los años he profundizado de manera autodidacta mis intereses literarios leyendo ensayos y sobre todo poesía. De mi adolescencia y de mi juventud queda en mí la formación católica.

Recuerdo el momento exacto en que metí la primera hoja en blanco en esa máquina de escribir y me pregunté: “¿Ahora qué escribo?”.

—¿Desde cuándo escribes?

—Escribo desde los trece años. Recuerdo que manifesté este interés y luego se convirtió en pasión. Mis padres me regalaron una máquina de escribir, una Olivetti roja de aquellas transportables, con maletín. Me conmovió ese aliento. También recuerdo el momento exacto en que metí la primera hoja en blanco en esa máquina de escribir y me pregunté:

“¿Ahora qué escribo?”. Poco a poco comprendí que prefería los blocs de notas y los bolígrafos. Empecé a escribir poesía. Gané varios premios literarios y a los veinte años publiqué mi primer libro con una editorial romana.

—¿Qué poetas te motivan? ¿Qué libros lees?

—Bueno, ¿cómo podría no citar a los poetas clásicos que se estudiaban en la escuela? Leopardi, Pascoli, Carducci, Ungaretti, Saba, Montale. Poetas que retomé varias veces en mis lecturas de los años siguientes. Pero debo decir que la poesía suramericana me fascina. El autor que inmediatamente me apasionó fue Pablo Neruda.

Su capacidad para utilizar metáforas, conexiones geográficas y biográficas e históricas han dejado una huella profunda en la evolución de mi poesía. Estoy leyendo gradualmente otros autores suramericanos. Conocer a algunos de ellos personalmente me ayudó a comprender cómo la encarnación de ese estilo hispano en las “venas” de lo vivido es el secreto de la verdadera poesía: la universalidad de la poesía está en la autenticidad.

—¿Qué añoras de tu pasado?

—Mis padres. Los perdí demasiado pronto y demasiado jóvenes para disfrutar de sus recuerdos, de sus vivencias, de su afecto. Y luego la despreocupación de la juventud. La viví poco porque tuve que sumergirme en las responsabilidades adultas para trabajar.

—¿Cómo defines esta época?

—Creo que es un error decir que vivimos en una época de grandes cambios.

Desde hace tiempo vivimos en una época de grandes cambios continuos. Y la velocidad de su desarrollo será cada vez mayor. La tecnología ha aumentado su velocidad y profundidad y rápida sucesión. Todo esto no lleva ciertamente a estabilizaciones sociales y personales inmediatamente, sus frutos se verán en el tiempo. Por el momento, seguimos, al menos en Europa, anclados mentalmente al decadentismo y al futurismo, a una vanguardia vacía. Por esto miro con mucha pasión e interés la poesía hispana y sobre todo suramericana.

Su capacidad de lectura y explicación de la introspectiva a través de la lectura e interpretación del entorno ayuda a hacer emerger el hilo conductor de toda esta época o el hombre en su autenticidad y dignidad. Con sentimiento. Espesores que aquí en Europa se han olvidado o mejor dejado de lado.

—¿Cuál es tu gran pasión?

—Mi gran pasión es el viaje que estoy viviendo en la vida. El interior. La poesía es escribirla y compartirla.

—¿Qué le ha aportado tu profesión a tu escritura?

—Me dedico al marketing digital. Una actividad aparentemente opuesta a la poesía. En realidad, es de mucha ayuda conocer lenguajes y técnicas de comunicación, estar siempre al día con los tiempos y las personas. Esto no influyó en mi poesía, pero me llevó a buscar nuevas formas de difundir poesía. Pasé del endecasílabo a los versos libres, a la búsqueda de la musicalidad sin el uso de la puntuación, por ejemplo. Sonoridad en lugar de tono. Neruda es poeta de compromiso civil y social. Como tantos suramericanos.

—¿Crees que el amor es el mejor tema de la poesía?

—Leí a Neruda y pensé en eso. Neruda es conocido y apreciado aquí por nosotros como poeta que ha escrito sobre todo de amor y por la forma en que ha escrito. Pero Neruda es poeta de compromiso civil y social. Como tantos suramericanos. Y a nivel mundial es conocido y apreciado también por esto. He leído su poema de compromiso civil: tiene el mismo amor por su tierra que por sus mujeres. Si toda la poesía, aquella típicamente de amor, del hecho social y civil y también la introspectiva y existencial, está impregnada de la amargura, entonces digo que amar es el verdadero espesor de la poesía auténtica. Y eso determina su universalidad. Más que su fama.

—¿Cuáles palabras se te quedaron grabadas de la infancia y cuáles se te quedaron grabadas de la época estudiantil?

—Una frase de san Agustín que luego se convirtió en mi leitmotiv interior: “Ama y haz lo que quieras”. La frase completa dice así: “Ama y haz lo que quieras: si callas, calla por amor; si gritas, grita por amor; si corriges, corrige por amor; si perdonas, perdona por amor. Exista dentro de ti la raíz de la caridad; de dicha raíz no puede brotar sino el bien”.

—¿Cuántos libros has publicado?

—Hasta la fecha he publicado diez libros. El más reciente es el de la maduración. Y es El secreto de Ebe, poemas escritos entre 2014 y 2021 para la poeta Hebe Muñoz, ahora mi esposa.

—¿Cómo es tu proceso creador? ¿Cómo logras ese nivel expresivo? —Por lo general, todo comienza con una frase o un verso que quiere expresar lo que quiero decir sobre un estado o un devenir interior. Luego el resto es representarlo a través de metáforas, vivencias biográficas, referencias geográficas o a la naturaleza. Escribo a chorro. Luego reviso y corrijo. Siempre leyendo: tengo que sentir la musicalidad de lo que escribo mientras lo escribo y lo corrijo.

—¿De qué vives?

—Vivo de mi trabajo de marketing digital. He sido ejecutivo de una de las empresas de marketing más importantes de Italia durante años y luego creé una empresa pequeña pero efectiva.

—¿Cómo se conocieron tú y Hebe?

—Nos conocimos gracias a la poesía. Hebe acababa de abrir su blog en la plataforma WordPress, donde yo he tenido siempre el mío. WordPress comunica a sus usuarios contenidos de otros usuarios con intereses similares. Así sucedió. El sistema me recomendó el blog de Hebe y leí todos sus poemas en una noche. Por supuesto, inmediatamente me hice seguidor de su blog y le envié un mensaje para felicitarla. Fui el primer seguidor de su blog. Y el primero en interactuar con ella. Menos mal: esto me ha valido Hebe entera y toda para mí. Estoy echando broma. Empezamos a mandarnos mensajes, luego nos conocimos y salimos. Y luego nos casamos. En medio de todo, amándonos mucho. Amándonos de verdad.

Por José Pulido