Quedo con la Premio Nacional de Poesía, Chus Pato, en uno de los lugares más poéticos de Madrid, en el Café Ajenjo, un rincón sacado de una novela del siglo XIX, un café donde el tiempo se paró hace mucho.
Ella no lo conoce, pero me dice al instante que "este lugar huele a Baudelaire". Hoy y mañana estará en Madrid participando en la 18 edición del Festival Poetas.
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A sus 69 años y con 12 poemarios publicados, tiene la mirada entrenada en la poesía, en unos tiempos, los nuestros, donde encontrarla es casi imposible: "Cualquier época que se vive es salvaje y la vida tiene muchos caminos y uno de ellos es la poesía, un camino muy amplio". Como su "poesía expansiva", como la denomina, pura vanguardia, inclasificable, estrecha para los moldes establecidos, porque a ella los poemas no le caben en un soneto.
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No es que me gusten los márgenes, es que es así. Es que yo no puedo escribir de otra forma… Para mí, la poesía es aquella parcela de mi vida que es absolutamente libre y en la que no estoy dispuesta a ceder. Somos libres, pero cedemos todos los días muchísimo en nuestras vidas. Y yo ahí, no estoy dispuesta a ceder, porque concibo la poesía como un vehículo para decir lo que no se puede decir de otra manera".
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Por Rebeca Marín