Fuente: http://artemisadiario.cu/2023/05/dolor-y-honradez-en-un-gran-poeta/
Nunca serán suficientes los espacios dedicados a proteger la memoria literaria del escritor bautense Carlos Jesús Cabrera Enríquez, fallecido cuando ya contaba con una poderosa obra y la perspectiva de seguir creciendo como narrador y poeta.
De esta verdad se conversó intensamente en la Peña Cantapalabra, conducida por la escritora Mireysi García Rojas en la biblioteca municipal Antonio Maceo, en Bauta, donde concurrieron diversos autores, familiares, amigos y la trovadora Aleida Acosta, invitados al homenaje.
La peña abrió su sesión con una expo colectiva, dedicada al autor de El restaurador anónimo y Este era tu deseo, a cargo de los artistas visuales Harold Álvarez, Alberto Sáenz, Ángel Silvestre y Yunier Luaces, quienes, desde la plástica, salieron a interpretar la esencia de la personalidad y las creaciones del mayor poeta bautense.
El poeta y crítico Osvaldo de la Caridad Padrón, señaló que no importaba si al escritor se le recordaba con poemas u obras de artes plásticas más o menos logradas, porque lo importante era recordar a un hombre que dejó una valiosa historia en el ámbito de las letras. El periodista y narrador Miguel Terry Valdespino recordó el nacimiento de Carlos Jesús como autor literario a fines de la década del ´90 del pasado siglo, como parte de una generación de jóvenes creadores que, en medio de las más absolutas carencias materiales en la nación, escribían con una intensidad permanente y asombrosa.
En ambas intervenciones ponderaron la honradez de un hombre al que injusticias y enfermedades azotaron fuerte, pero que nunca dejó de ser la imagen viva de un poeta de pueblo, alimentado por las cosas más sencillas de la existencia humana. Mireysi reconoció el magisterio de Carlos, su notable influencia literaria y humana en la obra que ha desarrollado a lo largo de estos años, mientras que su hermana Matilde Cabrera evocó cuánta felicidad iluminaba al poeta al sentirse útil en cualquier misión de tipo cultural, por muy exigente que fuera, y cómo halló en la Casa de Cultura Mirta Aguirre y en la biblioteca Antonio Maceo dos remansos amorosos para darle sentido a su vida.
Al cierre, tuvo lugar la premiación de la IX edición del concurso que lleva el nombre del poeta, en el cual resultaron galardonados Reinier Del Pino en el apartado de narrativa por El último saco, en tanto el propio Del Pino compartía el premio de poesía con Miguel Ángel Ortega, por las obras Guitarra mía y Resorte, respectivamente. También se entregaron varias menciones.
Por Eutelío Suárez