El otro día cuando Álvaro Salvador me firmaba su último libro, “Fumando con mis muertos”, editorial Vandalia, hablamos de esa escena magnífica de “Grupo salvaje” en la que los perseguidos abandonan el pueblo flanqueados por dos hileras de campesinos pobres que cantan el adiós definitivo de quienes emprenden su última aventura camino de la muerte. Ahora veo esa escena, oigo su música, “La golondrina”, y leo, una vez más, el libro de Álvaro.
César Tomé Martín
LOS ESPEJOS DEL FUEGO (fragmeno)
...
Los espejos del fuego me ofrecen tu silueta,
amor de tiempos, y me vienen grandes
las noches, esta espera tan antigua y vidriosa,
color tabaco como de silencio.
...