Hasta el final de la Guerra Civil, Dámaso Alonso fue un poeta menor de aquel soberbio trallazo lírico que iluminó la España de la generación del 27. Su figura pequeña, con sus gafas gruesas y su solemne calvicie, le daban todo el aspecto del teórico y profesor de literatura que era.
César Tomé Martín
LOS ESPEJOS DEL FUEGO (fragmeno)
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Los espejos del fuego me ofrecen tu silueta,
amor de tiempos, y me vienen grandes
las noches, esta espera tan antigua y vidriosa,
color tabaco como de silencio.
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