A finales de agosto de 1929 Federico García Lorca mandó a sus hermanas Isabel y Concha una carta escrita en un trozo de la corteza de un abedul. Una hoja ya enrojecida de abedul venía también en el interior del sobre. En los bosques de Vermont, muy al norte de Nueva York, el otoño ya estaba empezando. La corteza, el sobre pequeño, con una dirección de Granada escrita con una tinta que ha desvaído el tiempo, la hoja de abedul pegada con cinta adhesiva en una hoja de papel, tienen un aire de extraordinaria fragilidad cuando se miran de cerca, nada más entrar a la exposición sobre Poeta en Nueva York en la Public Library.
El poeta José Ángel Valente (Ourense, 1929-Ginebra, 2000) creció entre verdes atlánticos y maduró entre grises ginebrinos. Para reconciliarse con España, escogió el fulgor de Almería. Periferia providencial para un intelectual alérgico al poder (que le rindió pleitesía a lo grande: Príncipe de Asturias, Reina Sofía, Nacional de Literatura...) que amaba la luz, el mástil idóneo para otear aquel nuevo país que se armaba sobre el esqueleto de una dictadura, que en 1971 le había montado un consejo de guerra al poeta por un cuento titulado El uniforme del general.
La jornada Revoltes poètiques, resistència i resiliència , coordinada por la profesora Margalida Pons (Palma, 1966) y Jordi Marrugat (Sabadell, 1978), revisitó la actividad poética en Balears durante los años 70 en el contexto de la exposición La revolta poètica 1964-1982 , que alberga la Fundació Palau de Caldes d'Estrac en Barcelona.
Bajo el juicio que "la poesía necesita la libertad y la libertad necesita de la palabra", este día el secretario de Educación Pública (SEP), Emilio Chuayffet, entregó la Undécima Edición del Premio Internacional de Poesía y Ensayo "Octavio Paz".
Durante la memoración del décimo quinto año de su fallecimiento, el reconocimiento fue otorgado al español Fernando Savater "quien ha hecho de la palabra un faro en la niebla asfixiante del fanatismo y la intolerancia", indicó el titular de la SEP.
Hace muchos años leí La historia siguiente, de un desconocido escritor holandés, Cees Nooteboom, apellido rimbombante que en neerlandés simplemente quiere decir nogal, árbol de nueces. Trataba sobre un profesor de griego y latín que se acuesta en Ámsterdam y se despierta en Lisboa.
En enero de 2014 saldrá al mercado el poemario Rastros, libro que el poeta Javier Sicilia dedicará a su hijo, quien murió víctima de la violencia, y con el cual se retira de manera definitiva del quehacer literario.
Pocas veces la lengua castellana tuvo un Cupido como él, un ángel debido al amor, siempre tan sencillo y claro que García Lorca decía de él que escribía un género verdaderamente especial, las prosías. Sus razones de amor, su voz a ella debida, su teatro tan poco conocido, sus estudios y ensayos, su pasión por aquella estudiante norteamericana que le hechizó el corazón en la Residencia de Estudiantes en 1932, aquella Katherine Prue Reding, aquel exilio del que nunca pudo regresar, la Patria al otro lado del Atlántico, y el aula en aula, de lección en el lección por los Estados Unidos.
Mientras se espera la exhumación de los restos de Pablo Neruda el próximo lunes, trascendieron las declaraciones de una enfermera que lo asistía durante su convalescencia por un cáncer de próstata en su casa de Isla Negra. También de su chofer, cuyo testimonio convenció al abogado del Partido Comunista que el año pasado presentó la querella por asesinato.