La mudable identidad de la escritura despliega en las páginas de El Alambique un espacio habitable. Dirigida por Agustín Porras, impulsor en los años noventa de la inolvidable Poesía, por ejemplo y estudioso de Gustavo Adolfo Bécquer, la publicación tiene una periodicidad semestral y se estructura en secciones que abarcan las bifurcaciones escriturales.